Hay que inventar esa máquina, ese pisapapeles o microondas virtual, o esa especie de rulo que aplaste el calendario y deje la última hoja sin navidad. Que uno se acueste en noviembre y despierte mediado ya el mes de enero. Invernar con una infusión letal que te duerma veinte días y despiertes en la cruda o afortunada realidad, en el día a día, uno cualesquiera de tantos que hay para elegir.
Todo el mundo babeando por una mentira, uno por uno todos idiotas por vivir esa "magia", todos cantando gilipolleces. Seres insensatos que disfrutamos del caos, de la prisa o de la visa para el exceso compulsivo. Químicos o especialistas de la ingeniería, científicos de adn o terapia celular, si hace falta emplearemos células madre, piel de oso o anillos fundidos en Mordor, pero hay que inventarla ya.
Nieve en los tejados, luces de colores parpadeantes, alegres niños manipulados, y centros comerciales llenos de ignorantes engañados. Esa chimenea humeante bajo unas estrellas que brillan más que nunca, ¡que bonito!, ¡que ilusión! esto se merece un resopón.
Y brindar, por una suerte que no va a llegar, por una salud que hay que cuidar y por un amor demasiado irreal. La realidad está aquí delante, cada segundo que pasa es real como la vida misma, como el letargo de soñar despierto.
Que todo el año exista la magia, y en agosto pueda estornudar sin más, mis regalos lleguen cualquier día inesperado y el amor a los demás dure infinito. Que no consumamos por obligación y las cenas familiares sean más a menudo, que la nieve blanca se vuelva sol y margaritas, y uno pueda soñar cuando le venga en gana. Ver pelis infantiles en los canales de niños y que el espíritu de la navidad desaparezca de mi sociedad. No permitir concentrar el cariño en cuatro días para estar once meses con licencia para pelear.
Hay que inventarla, esa máquina divina y celestial que destruya la navidad.Amarga navidad.
Todo el mundo babeando por una mentira, uno por uno todos idiotas por vivir esa "magia", todos cantando gilipolleces. Seres insensatos que disfrutamos del caos, de la prisa o de la visa para el exceso compulsivo. Químicos o especialistas de la ingeniería, científicos de adn o terapia celular, si hace falta emplearemos células madre, piel de oso o anillos fundidos en Mordor, pero hay que inventarla ya.
Nieve en los tejados, luces de colores parpadeantes, alegres niños manipulados, y centros comerciales llenos de ignorantes engañados. Esa chimenea humeante bajo unas estrellas que brillan más que nunca, ¡que bonito!, ¡que ilusión! esto se merece un resopón.
Y brindar, por una suerte que no va a llegar, por una salud que hay que cuidar y por un amor demasiado irreal. La realidad está aquí delante, cada segundo que pasa es real como la vida misma, como el letargo de soñar despierto.
Que todo el año exista la magia, y en agosto pueda estornudar sin más, mis regalos lleguen cualquier día inesperado y el amor a los demás dure infinito. Que no consumamos por obligación y las cenas familiares sean más a menudo, que la nieve blanca se vuelva sol y margaritas, y uno pueda soñar cuando le venga en gana. Ver pelis infantiles en los canales de niños y que el espíritu de la navidad desaparezca de mi sociedad. No permitir concentrar el cariño en cuatro días para estar once meses con licencia para pelear.
Hay que inventarla, esa máquina divina y celestial que destruya la navidad.Amarga navidad.
http://www.youtube.com/watch?v=7vV6zNm-PEU
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